
En el Monasterio de Santa Clara hemos vivido un Pentecostés muy intenso y grato en comunidad. Celebramos largamente la Vigilia en el coro alto decorado con gusto. Fue muy participada y ungida. Una familia entró al santuario a hacer la visita al “St. Crist” mientras nosotras cantábamos Vísperas, de momento pensaron que se oía un CD, al fin se dieron cuenta de que éramos nosotras en el coro, y se sentaron un buen rato a disfrutar. Luego llamaron a la puerta. Les atendió Sor Gladys. Querían saber qué era aquello tan bonito que cantábamos, porque habían quedado llenos de paz…
La Misa del día fue apacible, gozosa y muy bonita. Mn. Pau hizo una homilía muy sencilla y práctica, de las que iluminan la mente y tocan el corazón. La asistencia, que había descendido durante el confinamiento, se ha recuperado.

Y por la tarde “La Maratón”. Saludamos a la Virgen de Montserrat con el Regina Caeli. Por ser Pentecostés incorporamos en nuestra celebración tres testimonios breves de la acción del Espíritu Santo en la vida. Fue grato y emocionante. Nos dicen los fieles que se les hace corto y, muy contentos, se despidieron hasta el domingo 30 a las 18 h. en que nos reuniremos para la quinta y última Maratón. Ha sido nuestra respuesta a la convocatoria del Papa Francisco para implorar el fin de la pandemia. Paz y Bien